La semana pasada
estuvimos realizando una excursión de tres días (Lunes 1 hasta viernes 3) a Vera de Moncayo y
sus alrededores con los compañeros monitores, y las profesoras Amaya y Begoña.
El
miércoles día 1 salimos por la mañana hacia el pueblo y nos
alojamos para, tras esto, comenzar nuestra primera excursión que
tenía como destino Añón de Moncayo y sus cuevas.
A la vuelta nos
dividimos en grupos para realizar las tareas, acabando finalmente en
la bodega para una merecida cena al calor del fuego.
No duramos mucho
despiertos y cuando nos levantamos por la mañana para ir a la bodega a hacer
el desayuno nos encontramos con
un pequeño problema: el agua se salia y había hecho saltar los
plomos.
Debido a esto
tuvimos que cambiar el lugar de residencia, lo que nos trastoco un
poco los planes.
Una vez resueltos los imprevistos mañaneros, desayunamos y partimos hacia las cuevas de Maderuela, de camino al Moncayo, donde pudimos adentrarnos en lo más profundo de la tierra y sentir el extraño ambiente que alli se respira.
Al salir de las cuevas reanudamos nuestra marcha al Moncayo, donde nos esperaba una hora de caminata desde Agramonte hasta la Fuente de los Frailes, donde paramos a comer.
Ya finalizada la
comida algunos de nosotros subimos junto con Begoña hasta el
Santuario del Moncayo a tomar un café.
Al llegar al pueblo
descansamos un rato y fuimos a la bodega a realizar las dinámicas
que habíamos preparado previamente en clase.
Cuando la cena,
preparada por uno de los grupos, estuvo terminada cenamos todos
juntos.
Una vez hubimos
terminado y limpiado todo comenzamos la dinámica nocturna preparada
por Amaya y Santi, que consistía en dos equipos que debían montar
una tienda de campaña cada uno, para después reunir una serie de
pruebas y resolver un puzzle.
Al terminar la
actividad algunos compañeros fueron a casa a dormir y otros dimos un
paseo nocturno por el pueblo.
Al fin había
llegado el último día y nuestra primera excursión del día fue a
Los Fallos, donde pudimos ver el Pantano del Vall y las buitreras,
donde según ponía en un cartel informativo también había
quebrantahuesos. También dimos un paseo por los pinares de la zona
hasta que alcanzamos a ver Él Vall.
Para finalizar
volvimos a Vera de Moncayo para visitar el Monasterio de Veruela,
donde coincidimos con la grabación de una serie que nos imposibilito
el ver el lugar totalmente.
Comimos allí en los
jardines del exterior y tras un descanso y unas fotos de recuerdo
iniciamos nuestro camino de vuelta a la Torrevirreina.
El momento de
despedirnos había llegado tras tres días de convivencia,
descargamos la comida y cosas útiles sobrantes que se podían
aprovechar en la Granja y nos despedimos hasta hoy.
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